EL ESCARABAJO Y LA LIBÉLULA FRENTE AL ERIZO Y LA ZORRA

 

EL ESCARABAJO Y LA LIBÉLULA FRENTE AL ERIZO Y LA ZORRA

Anna Bach

 

“La zorra sabe muchas cosas, pero el erizo sabe una importante”(1).

 

El politólogo e historiador Isaiah Berlin proponía que tanto escritores como pensadores y artistas se pueden dividir en dos clases: erizos, “quienes lo relacionan todo con una única visión central (…) un principio único, universal y organizador que por sí solo da significado a cuanto son y dicen“  y, por otro lado, zorras, “quienes persiguen muchos fines distintos, a menudo inconexos y hasta contradictorios”. Esta división podría ser aplicable también a la arquitectura. Observemos dos plantas de dos casas: la casa “Uno scarabeo sotto una foglia” de Gio Ponti y la “Wichita House” de Buckminster Fuller. Las dos están concebidas desde la utilización del mobiliario como elemento organizador del espacio.

El planteamiento de la casa de Gio Ponti parece ser el de una planta convencional, que ha sido sometida a un proceso de centrifugación. Mobiliario fijo y otros elementos han pasado a formar parte del grueso de la fachada exterior, generando una membrana profunda alrededor de la casa, como si de un caparazón se tratara. Incluso algunos elementos, como el tendedero y parte del mobiliario, han salido hacia afuera durante este proceso. En cambio, en la planta de la casa de Fuller, el proceso de centrifugación justo acaba de empezar. En vez de formar parte de la piel de la casa, todos sus elementos se abren desde el centro en forma de alas delimitando los diferentes espacios. El resultado de estas dos operaciones de centrifugación es radicalmente distinto, afectando tanto a la relación de la casa con su entorno como de los espacios entre sí.

Los propios elementos centrifugados muestran estas diferencias. Vemos que en la casa de Fuller todos ellos son volúmenes (cápsulas) aparentemente iguales, pero que ocultan en su interior múltiples usos: baños, armarios, contenedores, lavandería, etc. En cambio, la casa de Ponti incluye estos elementos de manera menos determinada. Las alcobas, los armarios y los estantes forman parte del grueso de la fachada de maneras distintas, con medidas y formas aparentemente aleatorias, y sin dotar muchos elementos de una utilidad concreta. Fuller trabaja sobre un sistema homogéneo mientras que Ponti indaga entre múltiples opciones, versiones y usos.

En la casa escarabajo, el mobiliario genera un armado caparazón que gira la visión hacia adentro y a través de su propio interior. La forma introvertida de ésta resulta a unas visuales complejas y variadas. La planta fuerza a sus habitantes a dar la espalda a la piel más próxima y lleva su visión a través de toda la casa hasta alguna abertura en otra estancia. En la casa de Ponti se puede intuir que nada es inmediato. La relación y el contacto con el exterior, así como las circulaciones, cambian al abrir o cerrar cortinas, puertas o ventanas. El grueso de la fachada, la direccionalidad de los huecos y el generoso vuelo de la cubierta mantienen una distancia prudente con el exterior, y sin embargo vemos, en la propia caligrafía, la importancia que se ha dado a estas líneas de visión y a la creación de un filtro entre la casa y su entorno.

En la planta de Fuller estas relaciones son mucho más simples. La Wichita House es más radical en su planteamiento idealista y se presenta con una clara voluntad de manifiesto. Su forma circular perfecta, la organización centrípeta que todavía no ha llegado al perímetro en su proceso de centrifugación, y la visón a 360 grados, generan un único tipo de relación; y ésta es sólo con el exterior. Aquí no hay lugar para las sorpresas.

De la misma manera que la zorra sabe muchas cosas y el erizo sólo una e importante, el escarabajo presenta múltiples relaciones mientras la libélula sólo una, clara y simple.

 

Nota 1: Cita del poeta griego Arquíloco que da pie al ensayo “El erizo y la zorra” de Isaiah Berlin.