EL CORTE

Las vallas de madera acostumbran a construirse siguiendo unos patrones muy específicos; tablas de sección rectangular, dispuestas verticalmente una al lado de la otra, separadas ligeramente y cortadas a una altura variable, según el tipo de privacidad deseada.

El corte de estas tablas pocas veces es horizontal; acostumbra a ser inclinado, curvado o recreando formas más complejas dotando así a la valla de un carácter que la distingue de las demás.

 

Pero estos cortes tienen otro cometido. Al cortar la madera, las fibras que la componen quedan expuestas a la intemperie, de manera que el agua de lluvia y la nieve las afectan de pleno.

Si el corte es horizontal, el agua se acumula en la superficie, dañando la madera con rapidez. Si, en cambio, es inclinado, el agua resbalará por su superficie y permitirá que la madera seque más rápido.

Pero aquí aparece un problema; el corte inclinado tiene mayor longitud que el horizontal de manera que la superficie de madera con fibras expuestas es mayor, aumentando ésta como más inclinado sea el corte.

 

Y cuál debe ser la inclinación exacta que permite una mayor evacuación del agua con una mínima superficie de fibras expuesta? Puede existir ese punto o dependerá del tipo de madera, de la densidad de las fibras, del clima en esa zona, de la dirección del viento,…?

 

Probablemente ese único punto matemático no exista. Y es justamente en esa inexactitud, en esa duda, en esa indefinición, donde reside la ARQUITECTURA.

 

Anna & Eugeni Bach

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